¿Cómo enseñar a los niños a ser inclusivos?
Los niños deben aprender a ser inclusivos desde los primeros años de vida, de modo que crezcan asimilando unos valores éticos correctos y sin discriminar a nadie. Algunas prácticas que se pueden llevar a cabo en el hogar y que se pueden ajustar al contexto y a la edad del niño son las siguientes:
Enseñar con el ejemplo. Los padres son un modelo para sus hijos y siempre están pendientes de cómo actúan para aprender de ellos, por lo tanto, es importante realizar un ejercicio de introspección y ser conscientes del propio comportamiento y preguntarse: ¿con qué frecuencia interactúo con otras personas que ‘no son como yo’? ¿Soy capaz de aceptar a otras personas? ¿Hago juicios o creo en los estereotipos? Si quieres que tus hijos sean inclusivos, deberás serlo tú también.
Tratar a los demás como quiero que me traten a mí. Los niños compartirán con otros que quizás tienen dificultades para aprender mediante la forma tradicional, para socializar, para realizar actividad física o que simplemente aprenden en forma distinta a él y no por eso serán objetos de discriminación de los demás. Si le enseñamos que todos somos distintos, pero a la vez iguales en el derecho a participar, a ser queridos y a ser respetados, iremos, paulatinamente, desarrollando valores importantes para relacionarse con sus pares.
Lo valioso de la individualidad. Otra forma idónea de enseñar a los hijos a ser inclusivos es hacer que vean cuáles son las características personales que nos hacen únicos, ya se trate de creencias, aspectos de la personalidad o limitaciones físicas. Ahora ya solo queda saber que las características individuales de los demás son igual de valiosas y respetables que las nuestras.
Enseñar a identificar los malos ejemplos de conducta. Debemos lograr, quizás mediante ejemplos, juegos o cuentos, que no está bien repetir conductas de otros niños que están perjudicando y haciendo daño a otros. Muchas veces, estas acciones las realizan para formar parte de un grupo y es comprensible que necesiten de la aprobación y la necesidad de pertenecer a un contexto social, pero es importante que distingan las buenas y las malas acciones y que comprendan que estas últimas pueden generar consecuencias negativas en los afectados.
Realizar actividades sociales y deportivas. Una de las medidas que se pueden tomar para enseñar a los niños a ser inclusivos, es asegurarse de que los pequeños realizan algún tipo de actividad deportiva en grupo, puesto que a través del deporte se puede aprender a: socializar, respetar las normas, saber ganar y perder, y adquirir valores de convivencia.
Aunque es importante que tus hijos sean inclusivos con los demás, también debes educarles para que se sientan seguros y valorados en una relación de amistad. Tu hijo no tiene que aceptar ser atacado física o emocionalmente por otros sólo porque ‘tiene que ser inclusivo’.
Además, si la relación con otro niño parece ser dañina o tóxica, entonces es aceptable que establezca límites con ese niño, hasta entender qué sucede con el niño que actúa mal, ya que es muy probable que esté pasando por circunstancias desfavorables.
Texto tomado de: www.aucal.edu